NoPlasticChallenge: el reto de vivir con menos plástico


La plaga del plástico es noticia de apertura desde hace días. Algo está pasando y rápido cuando tantas voces y tan diversas se alzan contra la peste del plástico. Hace pocos días, a finales de mayo, la Comisión Europea decidió prohibir el uso de múltiples objetos de plástico de un solo uso como vasos, pajitas, platos y cubiertos. El gobierno francés, por su parte, se ha fijado el horizonte de 2025 para conseguir que todos los embalajes sean reciclables.

La ONU dedicó el 5 de junio, el Día Mundial del Medio Ambiente, a concienciarnos a todo el planeta de la necesidad de acabar con el plástico de un solo uso. Hoy, 8 de junio, se celebra el Día de los Océanos y, oh sorpresa, de nuevo la ONU hace un llamamiento de alerta sobre la polución de las aguas y la muerte que supone para millones de aves y mamíferos marinos. Y todo por culpa del plástico.

No es casual que las organizaciones civiles que luchan por erradicar este mal posmoderno hayan escogido este mes de junio para programar iniciativas ciudadanas. El pasado 3 de junio se organizó el primer plastic attack (ataque al plástico) en suelo francés, en dos centros comerciales de París, para ser más exactos y se promovieron los ataques con los hashtag #SousLesPlastiquesLaPlage (bajo los plásticos, la playa) y #RidiculousPackaging.

Ya escribí sobre el fenómeno de los plastic attack en el post Bye, bye, plástico del pasado mes de abril. Como bien indica su nombre, consiste en darse cita en un supermercado para en grupo arrancar el plástico protector de los alimentos antes de pasar por caja y pagar por ellos. Que el supermercado apechugue con todo ese plástico indeseado y sí, a menudo, ridículo. La “ira contra el plástico” surgió en Inglaterra, al poco se exportó a Bélgica y ya ha aterrizado en suelo franco. En España también ha habido ya acciones plasticofobas, si se me permite el neologismo, en Euskadi y Madrid.

En España también ha habido ya acciones “plasticofobas”, en Euskadi y Madrid

La asociación francesa No Plastic in my sea (Ningún plástico en mi mar, en español) ha lanzado, por su parte, un reto para que del 5 al 14 de junio personas privadas, pero también asociaciones, empresas, escuelas, es decir, cualquier actor social reduzca su consumo de plástico y lo pueda hacer adoptando 9 gestos simples:

1) Hacer la compra con una bolsa reutilizable en vez de una de plástico

2) Optar por el jabón en pastilla en vez del líquido

3) Beber en una cantimplora y abandonar las bebidas en botella de plástico

4) Comprar productos al granel en vez de envasados en plástico

5) Escoger materias naturales para evitar así las microfibras plásticas que acaban en el agua.

6) Beber en un vaso de agua y una taza de café reutilizables y descartar, por lo tanto, los de plástico

7) Comer en una vajilla convencional y no una desechable

8) No utilizar ni pajitas para beber ni globos inflables.

9) Y si finalmente se utiliza plástico, se separa para reciclar, aunque de hecho sólo el 21% del total es reciclado.

Y el décimo gesto, por llamarlo así, es comunicar todo esto vía Facebook y Twitter con el hashtag #NoPlasticChallenge. La iniciativa está funcionando bien en redes puesto que sólo en Facebook han alcanzado 600.000 personas.

En pocos meses muchas voces, decía arriba, y repito aquí, han dicho “basta” al plástico: desde la Reina de Inglaterra, pasando por científicos reputados y ONG medioambientales; activistas de guerrilla urbana y organizaciones serias y respetables como la ONU y la Comisión Europea. Empiezo a creer que sí, que un día nos libraremos del plástico. Espero que ese día no llegue muy tarde, por el bien de los océanos, de la vida marina y del planeta en general.

#NoPlasticChallenge: el reto de vivir con menos plástico

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